Don Ramón es el héroe de la vecindad. Evita pagar la renta, le huye al trabajo, segundea (y faja) al Chavo, se hace cargo de su hija. Un héroe vago, el más lúcido. El que dejó grandes enseñanzas como la venganza nunca es buena… Don Ramón no trabajaba. Se las arreglaba.
El trabajo (o de mínima una forma de concebirlo) está muerto. Quiero decir: el “trabajo” no alcanza para todos, no va a alcanzar. Después del auge del fordismo y el Estado de Bienestar, la masa trabajadora industrial fue simplemente en declive. Aun en los países más desarrollados. Con una mirada global Nick Srnicek dice:
“si miramos a los países en desarrollo el relato tradicional tampoco se sostiene. Estos países están siendo también progresivamente desindustrializados. Esto puede apreciarse en dos amplios hechos: el primero es que las economías recientemente industrializadas no están siendo industrializadas en el mismo grado que las economías precedentes (...) en vez del 30-40% del empleo total las cifras están más cerca del 5-20. El segundo es que estas economías están alcanzando el punto de desindustrialización a un ritmo más rápido”
La pregunta que cae de maduro es, que queda para el resto que no accede a esa casi entelequia del sueldo fijo a fin de mes, planta permanente, aguinaldo y vacaciones. Se sabe, nadamos en el tsunami inflacionario y vemos como cada uno se agarra de una tabla como puede. Ser un homeles, vivir sin cloacas, meter caño, vender falopa, hacerse emprendedor, usar market place y mercado pago (que necesita una nota aparte), vender perfuminas zafirus, poner una verdulería levantase a las 4.00 para ir al mercado, postularse en linkedin, redactar tesis para universidades españolas, diseñar para Globant, abrir onlyfans, poner la Guerrero Trip para rappi, ir a la feria comunitaria, acceder a asignaciones, pensiones y jubilaciones, 45% de pobreza, trabajo informal, no trabajo, miseria.
Entonces, entre muchas otras cosas es necesario desacoplar trabajo/ salario. Y esa aunque técnica, también es una tarea política y cultural. Otra vez Nick:
"El trabajo es el motivo dominante de nuestras sociedades. En última instancia, nuestro objetivo debe ser desvincular los salarios del trabajo. Las sociedades humanas están alcanzando rápidamente el punto en el que simplemente no hay trabajo disponible para todos, incluso si el trabajo para todos fuese una meta moralmente virtuosa "
El trabajo sigue siendo el eje central de cada discurso político local, como jugador casetteado: "trabajo genuino", "puente al trabajo" , de un lado o "planeros que no trabajan", "negros vagos", del otro. Una moral productiva rompe la grieta: “una meta moralmente virtuosa”. El trabajo como sacrificio o estigma para ingresar a la protección universal. El trabajo "genuino" para progresar.
Peronismo, si tenés toda tu historia por delante, qué paja. Peronismo laboratorio me gustás. Tu historia te dice que hiciste y deshiciste el país con las herramientas adecuadas al momento como se te cantó. Estado de Bienestar y pleno empleo, neoliberalismo y sello democrático, tazas chinas y derechos humanos. Palabra clave: Audacia.
Ahora. Ingreso Universal de Bienestar, sin necesidad de contraprestaciones, trabajos residuales, horas muertas. No sólo se trata del sudor de tu frente para siempre. Y ni así llegarás. Una sociedad con un poco de oxígeno. Un piso básico para el 44%, porcentajes para los semi informales y así. Un ingreso a la izquierda de la sociedad que tiene que venir de arriba, con debate y momento instituyente. En el peronismo está el germen de la democratización del goce, del tiempo libre, vacaciones y mar. De la casa al trabajo y del trabajo a la casa murió hace 50 años. Ingreso adecuado al tiempo presente y futuro. Un ingreso por el derecho a vivir más o menos bien en un mundo precarizado y poslaboral y dónde nuestro país cumple un papel casi irrelevante para el sistema global 4.0. Lo insinuó Cristina, lo insinuó Grabois, nadie lo puso sobre la mesa. El gesto más potente partió desde el papa Fransisco. Por supuesto, la macro, la inflación, el defícit, el estrangulamiento de dólares, la deuda; es un quilombo. Toco de oído. Pero la potencia política quiero creer, todavía existe. En el medio del bardo podemos ser algo distinto. Experimento. Con todos los problemas nuevos que vengan. Bienvenidos.
*Las citas son del artículo El postcapitalismo será postindustrial de Nick Srnicek.